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Colectivo Ciudadano Carrillo Puerto

COMENTARIOS SOBRE LA 2a. ASAMBLEA DE LA CND.

PROPIOS Y EXTRAÑOS COINCIDEN EN LA VITALIDAD MOSTRADA POR EL MOVIMIENTO LOPEZOBRADORISTA
 
A escasos días de haber concluido la Segunda Asamblea de la Convención Nacional Democrática (CND), sus resultados y en particular la expresión de vitalidad que el movimiento lopezobradorista mostró el pasado domingo 25 de marzo han motivado la atención de analistas políticos y articulistas de la prensa mexicana.
 
A pesar del cerco informativo y de la tendencia a la tergiversación de la realidad, propios y extraños han tenido que reconocer lo evidente: Andrés Manuel López Obrador y el movimiento que lidera han conseguido remontar obstáculos mediáticos, acosos policiacos y golpeteos gubernamentales, y acrecientan su influencia en capas importantes de la población.
 
Servicio de Noticias ISA ha recogido fragmentos de algunos de estas opiniones vertidas en las páginas de la prensa mexicana.
 
Magdalena Gómez, articulista de La Jornada, publicó el 27 de marzo su colaboración “El reto organizativo de la CND”. En ella señala: “Culminó la segunda Convención Nacional Democrática (CND) con una amplísima participación y logrando, en lo general, el objetivo señalado por Andrés Manuel López Obrador: realizar ‘un balance de nuestras decisiones políticas y, desde luego, acciones, en el contexto de nuestro propósito general de transformar a México, proteger el pueblo y defender el patrimonio de la Nación’, para más adelante evaluar:
 
“A estas alturas está muy claro que era inaceptable un esquema de ‘pacto político’ con los orquestadores del virtual golpe de Estado, como reiteró AMLO en su intervención de cierre en la CND, así como quedarse a esperar que llegaran otras elecciones. Por tanto, se constituyeron la Convención Nacional Democrática y el ‘gobierno legítimo’ de México. También hay evidente consenso en la necesidad de sostener una transformación en el país y el sentido de la misma”.
 
Como lo señala el título de su artículo, Magdalena Gómez pone el énfasis en las limitaciones organizativas del proyecto lopezobradorista y plantea un cúmulo de interrogantes que están en espera de ser resueltas: “para los perredistas, ¿ser parte de la CND es lo mismo que ser parte del partido? Si ello es así, ¿cómo abordar desde el partido las tareas militantes que se han perdido para activarse sólo en tiempo electorales? Si consideramos que la mayor parte de los integrantes o afiliados a la CND no son militantes del partido, ¿cuál es la tarea organizativa, más allá de sacar credencial como representante del gobierno legítimo? ¿Estamos de acuerdo en que esa tarea de afiliación no convierte en redes a quienes desde un mismo sitio se afilian individualmente? Además de recibir la visita de AMLO en los municipios y dialogar con él, ¿desde dónde y cómo se articulan proyectos de movilización en torno de las demandas estatales y municipales? ¿Qué hay con la política de alianzas con grupos u organizaciones ya constituidas, tanto a escala nacional como estatal, municipal e inclusive comunitario?”.
 
La articulista de La Jornada concluye señalando: “Los saldos de la segunda convención muestran un claro espectro de propuestas antineoliberales y que el liderazgo político de AMLO está firme, pese a la campaña mediática en su contra, pero también alertan sobre la necesaria atención al flanco organizativo”.
 
Especialmente significativos resultaron los espacios editoriales de Carlos Marín y Ciro Gómez Leyva, del 26 de marzo, ambos periodistas y directivos del diario Milenio, rotativo que ha sido claramente crítico hacia el lopezobradorismo.
 
El primero afirmó: “Si bien López Obrador y el perredismo siguen teniendo su principal santuario en la capital del país, no puede soslayarse el hecho de que en la demostración de ayer participaron feligreses de Quintana Roo, Durango, Zacatecas, Veracruz, Oaxaca, Sinaloa y del Estado de México, ni es poca cosa que también marcharan sindicalistas independientes y universitarios… como sea, ‘El Peje vive y la lucha sigue’. Suponer lo contrario es apostar a perder”.
 
Y Ciro Gómez Leyva aseveró: “Fue un buen fin de semana para la CND. En primer lugar, porque nos demostró a los escépticos que el liderazgo de AMLO sigue ahí. No en los rangos de otros tiempos, pero el tabasqueño reapareció en la capital con más vitalidad y parque del que algunos suponíamos.
 
Un día después, en el mismo diario Milenio, el dirigente perredista Ricardo Monreal recoge las opiniones de Marín y Gómez Leyva para sustentar su propia evaluación de la jornada dominical del movimiento lopezobradorista.
 
Monreal glosa así las opiniones de sus colegas de medio informativo: “Carlos Marín y Ciro Gómez Leyva han sido puntuales y puntales en el monitoreo del movimiento de López Obrador. Específicamente en ese contraflujo del desencanto que la protesta poselectoral generó en diversos sectores de la sociedad. Pero la realidad es la realidad y ayer ambos coincidieron en su valoración sobre la Convención Nacional Democrática y el papel de AMLO. ‘Es su voto duro’, dirán los rudos. ‘No vuelve a juntar 15 millones de votos’, dirán los miopes. ‘Va de salida’, dirán los de la entrada. ‘No hace sombra’, dirán los asoleados por el sol azteca. El hecho es que uno de cada tres votantes sigue pensando que el 2 de julio hubo fraude. Y uno de cada cuatro volvería a votar por la fórmula AMLO-Coalición por el bien de todos”.
 
El ex gobernador zacatecano agrega en su comentario: “La CND es la mejor prueba de que el movimiento ciudadano y López Obrador siguen allí. Ni los yerros propios —que por supuesto los hubo—, pero ante todo ni el cerco informativo, ni el avasallamiento legislativo, ni los libros blancos sobre el 2 de julio han podido sepultarlo, marginarlo, olvidarlo. Esto es más que un voto duro. Es un voto refractario, blindado y resistente. Resistencia, en efecto, es el nombre del juego. Resistencia es la matriz de la izquierda social. Resistencia es la materia prima de una oposición electoral seria y creíble. Resistencia es el resorte para seguir adelante”.
 
“¿Basta con la sola resistencia? No, por supuesto. Hace falta construir allí donde intentaron demoler. Cimentar allí donde sólo se abrió una zanja. Enyesar las fisuras. Reforzar las columnas. Elevar lo que ahora se mueve a ras de tierra… Un segundo piso para la izquierda mexicana. Hacia allá apuntó la CND”, concluyó.
 
Por su parte y muy en su estilo, la senadora de la República y luchadora social Rosario Ibarra de Piedra, al aludir a la aprobación de leyes que tienden a privatizar la seguridad social, dio su punto de vista sobre la asamblea de la CND: “La multitudinaria asamblea de la Convención Nacional Democrática, que llenaba el zócalo y las calles aledañas, alzaba sus voces airadas contra las leyes infames. Su grito unánime en contra del hurto que pretenden llevar a cabo los malhechores llamados ‘de cuello blanco’ y la ‘legalización’ de la crueldad, más que un grito, semejaba el rugido de miles de leones dispuestos a defender lo suyo, a luchar por su espacio, a proteger la vida de sus cachorros [...] Apretada aquella multitud sólo se movía para alzar las manos, para encrespar los puños, para asentir en el enorme consenso colectivo que anhela el cambio verdadero, que busca con ansia el fin de la hipocresía de los gobiernos atrabiliarios y ensoberbecidos que nos oprimen, que nos roban, que pretenden despojarnos de la riqueza que pertenece a todos.
 
“No molestaban los rayos candentes del sol, ni la fatiga, ni el hambre. La atención estaba puesta toda en las palabras que allí se escuchaban y que fueron iniciadas y rubricadas con el canto melodioso de miles de voces que brotaban de las filas de la muchedumbre. Entre todos intercambiaban opiniones, hablaban quedo los que inquirían por algo y también hablaban quedo los que daban opiniones o consejos. Era ‘la voz del pueblo’ que fluía, era el lenguaje sencillo de los humildes que los ricos encaramados en el poder creen tontos...”.
 
Rosario Ibarra aporta en su artículo-crónica la visión de quienes por cientos de miles asistían al cierre de los trabajos de la Segunda Asamblea de la CND:
 
“En medio de aquel coloquio gigantesco, junto a aquellos diálogos esperanzadores, se me acercó una anciana de gesto bondadoso, de sonrisa dulce, de palabra suave. ‘Oiga doña —me dijo—, ¿piensa usted que les vamos a creer a éstos? ¿Serán tan tontos que puedan imaginar que creeremos todo lo que dicen y lo que escriben? Nomás fíjese que el señor ese que dice que es el presidente dice también que lucha contra el narco y remata con que le tiene miedo. Y fíjese nomás... ¿Cómo vamos a creerle si dice tamañas mentirotas?’”.

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