Bienvenida.

Jaime Ornelas Delgado.

Uno de los instrumentos más valiosos en la lucha por la democracia ha sido, es y será, sin duda, el ejercicio periodístico. En México, muchos periodistas han dado muestra de su voluntad inquebrantable para estar presentes en los combates que millones de mexicanos han emprendido recientemente en el camino de la construcción de una sociedad nueva: democrática, justa y solidaria.

Pero no todo el periodismo, ni los periodistas, han estado siempre al lado de las causas populares y, muchos de ellos, entregados al gran capital han sido, o se han convertido, en detractores de los ciudadanos que han convertido a la política en una actividad empeñada en transformar a la sociedad.

Vencer el cerco informativo que nos oprime, es hoy una tarea ingente para los demócratas y de los periodistas que creen en la democracia como forma de vida y no mera retórica de fechas patrias. Por eso, porque los ciudadanos, y los periodistas lo son primero, se han echado a cuestas la tarea de construir las avenidas por donde avanzará la democracia mexicana, será siempre bienvenida una publicación como Occidente de Puebla, que nos dicen sus promotores, se propone hacer una nueva forma de periodismo en Puebla.

Dados los tiempos que corren, Occidente de Puebla habrá de ser un periódico que se convierta en la voz de quienes ahora tienen la palabra: los trabajadores de la ciudad y el campo, los artistas, los intelectuales, las amas de casa, de las y los jóvenes a los que se les quiere arrebatar la esperanza; de los desempleados, de los sin tierra y sin derechos. En fin, habrá de ser el instrumento de los que nunca han sido oídos, de los que no han tenido voz, de los que tienen derechos y se criminaliza su ejercicio, en fin será un instrumento, valioso en la media que sea capaz de dar cauce al torrente de voces que claman por la justicia y el bienestar de nuestra sociedad tantas veces agraviada; de quienes se están hartando de tanta burla y entienden que ha empezado el tiempo de la reivindicación.

La vida de un periódico independiente de los grandes grupos del poder político y económico, será siempre difícil y azarosa, y sólo puede emprendida si las dificultades encuentran a hombres y mujeres de talla superior a los problemas. Si esto es así, estoy seguro que Occidente de Puebla tendrá una larga vida porque conozco la decisión, el talento y el valor de quienes han emprendido esta enorme hazaña que sólo busca, y se satisface, si encuentra lectores atentos y críticos que aprecien una información que no se manipula, sino que se les entrega para su reflexión.

Finalmente, estoy seguro que Occidente de Puebla habrá de contribuir a la democratización de la comunicación, lo que implica estar presente en la democratización de la sociedad. Por eso, porque la sociedad poblana necesita medios de comunicación que la acompañen en su lucha por una nación distinta, le deseamos larga vida a este semanario que nace por el bien de todos.